jueves, 31 de diciembre de 2009




Me gusta jugar a las tabas. Y al monopoly, pero sólo cuando soy la banca.
Me encanta jugar a las canicas, siempre gano. El juego de la oca es una idiotez. Aunque menos que las damas, el cubo de rubbik, y todas esas tonterías de los países del este.
Las adivinanzas no son lo mío. Los dados las cartas y la rayuela... están bien.







El corre que te pillo tiene un pase, pero eso es todo.
Pero hay un juego al que jamás hay que jugar. He dicho
JA-MÁS.
Aunque os lo proponga vuestro mejor amigo. Me refiero a dejarse sepultar en un
bloque de hormigón.






1 comentario: